Paul es un paciente con antecedente de Melanoma y otros tipos de cáncer de piel y hoy que vino a consulta, lo vi lleno de lesiones premalignas por exposición al sol, por lo que le pregunté:
—Paul, ¿ahora sí se anima a cuidarse? a lo que él respondió con la cabeza en alto — Doctora, yo soy de los hombres de la generación “cero cremas”.
De hecho, esa frase no es tan rara. Con seguridad muchos la hemos escuchado sin ser dermatólogos. El problema, es que la generación de los hombres “cero cremas” es muy amplia, porque conozco hombres que podrían ser mis abuelos y otros que podrían ser mis hijos, que son de la misma generación de pensamiento, aclarando que para ellos, el término crema incluye cualquier sustancia que deba ponerse en su piel, independiente si es realmente una crema o de pronto una emulsión, loción o un gel. Como dicen: “Crema es crema, y punto”.
Y en parte, en una muy pequeñita, pueden tener algo de razón, no es que para cuidarse la piel, tengamos sólo que recurrir a una “crema”, específicamente en este caso, a un protector solar, pues existen medidas que pueden ser muy efectivas, como el uso de ropa adecuada, buscar la sombra, o simplemente, ser consciente de no exponerse de más al sol. Sin embargo, el uso del protector solar es una medida adicional para una adecuada protección.
¿Qué nos muestran, por ejemplo, las cifras publicadas en la Revista de la Academia Americana de Dermatología?:
- Que el 42% de los hombres nunca han usado protector solar.
- Que menos del 15% de los hombres hace un uso adecuado del protector solar, según las recomendaciones del especialista.
- Que la mayoría de los hombres no saben si el protector que usan es de amplio espectro.
- Que la mayoría de los hombres que usan protector solar, tienden a hacerlo en la cara y sólo un 11% se lo aplica en otras áreas que igualmente son expuestas al sol.
La explicación: Son de la generación “cero cremas”, lo que se traduce en que su masculinidad se ve en riesgo por ponerse un protector solar. Interesante, pero discutible…
Paul me miró rojo y luego no le quedó más que reírse —¡está bien Doctora!— me dijo —le diré a mi esposa que me lo aplique—
Y usted, ¿es de la generación de Paul? O es de los que ahora es realmente consciente del riesgo inminente de la exposición al sol y de la protección que debe asumir con su piel.